Cubierto con arena (cuento)



En una exótica ciudad de Medio Oriente, hace muchos años atrás vivían dos hermanos llamados Faruk y Ahmed. 
Tenían un padre muy viejo y enfermo.  Que en su últimos días, poco antes de morir les preparo una bolsa de monedas con la misma cantidad de dinero a cada uno. Era una herencia para que estos dos jóvenes no quedaran desamparados y ellos pudieran salir adelante en sus vidas. Fue un regalo de despedida, y sus ultimas palabras fueron que se cuidaran mutuamente.

Faruk era el mayor de los 2 hermanos, y tal como significaba su nombre es capaz de distinguir el mal del bien, ademas era responsable, dedicado y honesto. En su lugar Ahmed siendo el menor solo por un par de años era todo lo opuesto a su hermano Faruk, pues era distraído, irresponsable y deshonesto. Era Ahmed el que siempre se metía en problemas por la falta de su buen juicio para responsabilizarse de cada acto equivocado que realizaba. Por desgracia ahora que su padre no estará mas, para ayudarlo deberá apoyarse de su hermano Faruk; pero este no deseaba hacerse cargo de él. Por ello le dijo: —Pequeño hermano es hora que tomes tus buenas decisiones solo y te valgas por ti mismo, yo tomare mi dinero y tu toma el tuyo al igual véte por tu propio camino, debes buscarte donde y como vivir—con toda tranquilidad Ahmed tomo su dinero y se marcho. 

Camino por días enteros hasta llegar a una ciudad que era llena de vida y diversiones, al poco tiempo se le acabo la herencia, la bolsa de dinero era vacía, no le duro mucho la fortuna que le había dejado su padre. Gasto en abundante comida, abundante bebidas, regalos para jovenes mujeres que cortejaba pero que solo deseaban sus regalos, vivia en enormes casas lujosas, pagaba servidumbre, organizaba festines por cuaquier ocacion, cafa fin de semana, invitando a todos los que conocian, sin ser ninguno un verdadero amigo.

A Faruk que habia decidido  buscar una pequeña casa en una pequeña ciudad productiva que conocia y con el suficiente numero de habitantes, y decidio abrir un pequeño negocio en el cual venderia tapetes, turbantes, y otros articulos de vestimenta femenina. Pensaba que era muy buen negocio de invertir las monedas que su padre le dejo. Al mismo tiempo pensaba encontrar una buena mujer para esposarla. Trabajo con tanto entusiasmo y ahorraba el 20% de sus ingresos para aquel dia que tuviera la oportunidad de conocer a su futura esposa, poderle dar una casa y asi construir una tradicional familia. Visualizaba vivir un existencia pacífica, sin algun agobio. Y todo estaba bien, hasta que un día llega Ahmed a la puerta de su negocio. 

Faruk hermano mio, por favor ayudame con unas monedas, tengo hambre, tengo frío por las noches ya que no tengo ni donde vivir—se arrodillaba suplicando Ahmed.

Sabia Faruk que su hermano era demasiado irresponsable y era obvio que se le acabara todo el dinero que su padre le había dejado en herencia, pero también recordaba la ultima voluntad de su padre, así que  no podría dejar a su pequeño hermano en la calle. 

Faruk le dio los ahorros de un año que tenia guardados. Pensando que de todas formas aun no encontraba una buena mujer que esposaría y que tendría el tiempo para volver ha ahorrar. En este momento, su pequeño hermano necesitara ayuda de él. Ahmed le agradecio con todo su corazon y le dio un fuerte abrazo despidiendose de Faruk. Pero a los pocos meses Ahmed se volvio a gastar todo el dinero, porque no lo cuidaba, lo derrochaba  y no invertia nada. 
Ahmed no era un atrevido emprededor como su hermano Faruk. Lo malo es que tampoco sabia trabajar, nunca habia tenido la necesidad en casa con su padre de trabajar, sí este le daba todo. El estudió la escuela básica, penso que era suficiente, pero no fue así.

Ahmed volvio a buscar a Faruk a su negocio, se postro en la entrada con la cara llena de vergüenza, pues volvía a pedirle dinero. Faruk sin duda volvio a darle todos sus ahorros, no importandole que ahora que ya habia encontra una novia y estaba comprometido a esposarla; tuvo que postergar sus planes de boda no teniendo mas dinero ahorrado, su hermano no tenia idea del sacrificio que hacia por él.

La prometida novia de Faruk, se llama Aanisa y era la hija del proveedor de tapetes que le abastecia a Faruk.  Ella era como el significado de su nombre, tenia un “corazón piadoso”. Por eso comprendio la situación, y por el gran amor a Faruk, lo esperaría hasta tener el dinero de nuevo ahorrado para casarse. Aanisa tambien se propuso a tejer mas tapetes asi Faruk vendería mas en su negocio, limpiaba y vendia en su tienda. Faruk le proporciono un salario, el cual ella lo comenzó a ahorrar, ha comprendido que para cumplir sus sueños de casarse con Faruk debía ayudarlo. No le contandole a Faruk, ella escondia su salario en casa con sus padres. Ni tampoco le dijo que por su vecindario ella corría la voz como chisme que su negocio vendía los mas hermosos vestidos de la ciudad, estaba ella ayudaba promoviendo los productos de Faruk diciendo tambien que sus precios era muy honestos y la calidad indiscutible. 

Con el tiempo la tienda de Faruk prospero y pudo volver a juntar una gran cantidad de dinero. Cuando de nuevo aparecio Ahmed que había escuchado las voces del éxito de la tienda de su hermano. 

Faruk hermano mío, ayuda de nuevo con un poco de dinero, que tengo hambre y mucho frio por las noches no tengo donde dormir—de nuevo arrodillandose frente a el suplicándole  con sus manos alzadas al cielo pidiendole ayuda.

Faruk esta vez le ha negado el dinero, con el dolor en el corazón y le ha dicho: 
Ahmed, perdoname pero esta vez no puedo darte todo el dinero por el cual he trabajado tanto, y con el cual planeo pagar mi boda con Aanisa.

La rabia de Ahmed lo ha hecho gritarle y maldecir a Faruk, deseandole que su matrimonio fracasara. 
Faruk, era muy triste pero aun asi le ofrecio un puesto de trabajo en su negocio como ayuda a Ahmed. Despues de unas horas de discusion se a tranquilizado Ahmed e hicieron las paces, y acepto trabajar en el negocio forzadamente. 

Faruk sabia que su hermano no sabia hacer negocios, no tenia ni habilidad del regateo, pero queria ayudarlo. Solo que Ahmed realmente daba malisimo los precios en el regateo con los clientes que terminaba dejando las cosa en un precio muy bajo y Faruk perdia dinero con los proveedores. 

¡Ahmed, debes aprender hacer bien las cuentas y regatear para que ganemos mas, no menos—Faruk reprendió a su hermano. Y este se molesto pero se reto a si mismo a lograr ser mejor, y verdaderamente ayudar en el negocio.

Pero un día Ahmed estaba solo en la tienda, atendiendo a un señor llamado Abdul, el cual era el sirviente de un rey de un lejano reino.  Abdul le cuenta que el rey de donde es él, tiene una hija, la princesa Ghaada, de una belleza inmisurable, por lo cual su padre no la deja nunca salir de su habitación, solo los sirvientes la han visto. Ahmed era lleno de curiosidad y si algo le gustaba mucho, eran las mujeres bellas y el dinero fácil. Así que planeo ir a buscar a esa princesa para seducirla y casarse con ella, llenandose de las riquezas del palacio, sistemandose con pocos esfuerzo. En el fondo sabía que él no era el comerciante que su hermano deseaba que fuera, pero sin embargo él se sentía un apuesto joven conquistador. Esa misma noche Ahmed tomó del negocio de Faruk, uno de los mejores turbantes, los vestidos mas finos y hermosos para obsequiar y conquistar a la princesa, y un tapete con un latigo para el Rey. 
Le dejaba una nota a su hermano diciendole: —Faruk, tomé del negocio dinero y unas prendas en préstamo, será la mejor inversión que hayas hecho en tu vida, verás cuando regrese traeré tanto oro que ayudare con tu boda, y con tu prometida— al día siguiente Faruk vio la nota, y ha visto que su hermano no era, sabía que nada bueno podría combinar, así que le pidió a su novia Aanisa que cuidara del negocio, y salió a buscarlo. 
Mientras que Ahmed pensaba que con aquello su hermano lo admiraría y que vería que por fin estaba solucionando su vida, y todos sus problemas. Que joven lleno de ilusiones era Ahmed, siguió esa misma noche a Abdul, al reino lejano, mas allá del Egipto. Cuando llegaron frente al palacio, Abdul le dijo:
tú espera aquí afuera, dame los regalos, yo se los llevaré al rey y a la princesa, espérame que le hable de ti, y luego ya volveré para presentarte al Rey—Pero Ahmed espero toda la tarde y no veía volver a Abdul. 
La noche llego y la luna se postro sobre las estrellas, y ahí penso Ahmed que había sido timado por aquel sirviente, el cual le había quitado hasta las monedas que portaba, se ha sentido robado. ¿Y ahora cómo podría regresar al negocio de Faruk? Solo con tanta vergüenza y las manos vacías de nuevo. Se reprochaba que creyó a un extraño, le dio todo lo que tenia y no volvió a verlo. Terminó esa noche durmiendo en la calle, bajo la luna y las estrellas con el inteso frió de la noche; enojado consigo mismo y con su padre por haber muerto, y no haberle dejado mas que una bolsa de dinero. 

 Su padre nunca le habló directamente, nunca lo aconsejo, no sabía como ser como Faruk. No era muy listo y no sabía distinguir entre lo bueno y lo malo, se había dejado engañar esa vez y todas las otras veces que había perdido el dinero que le llegaba en mano.
 Se durmió sobre la arena maldiciendo la muerte de su padre, con el estomago vacío, con los bolsillos llenándose solo de arena del enorme desierto que atravesó para llegar ahí. 
Y esa noche Ahmed tuvo un sueño, en el cual se le apareció su padre, dandole un mensaje:
— Ahmed, hijo mio perdóname por sobreprotegerte tanto, eras solo un joven muchacho y mi grande amor no me dejó ver en que te estabas convirtiendo, dándote todo aquello que me pedías, no aquello que necesitabas. Un consejo Sabio, una guía, un buen ejemplo. Me equivoque contigo y ya no puedo ahora hacer nada desde los cielos. Pero pequeño hijo tienes a tu hermano solo obsérvalo atentamente, imitalo y pregunta a él cuando necesites de sabios consejos. Sé que él te ama y no te abandonará a tu suerte.

La mañana siguiente despertó Ahmed, con el recuerdo del sueño que tuvo, se ha sentido mejor a pesar de sus fracasos y de haber sido timado por aquel sirviente. Con eso se ha dado la idea que sería mejor regresar y pedirle una disculpa a Faruk. Se levanto del suelo se sacudió la arena que lo cubrió por la noche y tomó camino de regreso; a unos kilometros de caminar se encontró con Faruk, que al verse han dado saltos de gusto, se han abrazado y Ahmed le pidió disculpas a Faruk. Explicándole la desaventura que ha pasado. Pero Faruk lo vio a los ojos, lo tomo de los hombros y le dijo:
Hermanito mio, no me importa todo aquello que tomaste del negocio, lo que me importa es que estes bien, sabes que yo he trabajado por ambos, y que no nos falte nada, aquello que te han robado puede ser sustituido, lo importante que tu este bien, y ya veras como saldremos adelante, te tendré siempre bajo mi cuidado y te enseñare a distinguira los ladrones, tal como yo observaba que hacia nuestro padre—Las lagrimas le escurrían de los ojos, y luego la ha abrazado fuertemente.

Ahmed también era en lagrimas al escucharlo y le prometio no volver hacer tonterías, volvería a la tienda para ayudarlo a trabajar con mas esfuerzo así repagarle todo aquello que le había dado Faruk.

Cuando regresaban a la ciudad, han estrechado lazos, se han contado anécdotas y ahora no solo son hermanos, son mejores amigos.

Fin.


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