El afortunado gato nero.







Erase una vez un papá gato que estaba enseñando a su hijito gatito a sobrevivir.
Su pequeño gatito había nacido en medio del bosque, entre  casas que los rodeaban pero que ninguna era su hogar. 
Eran solo ellos dos, habían perdido la mamá gato y  así que el papá gato lo enseñaba a cazar ratones, pájaros y lagartijas en el campo. Eran unos salvajes depredadores; está era su naturaleza. 
No conocían un hogar, una cama acolchonada y tibia, ni las caricias de tener una persona que los alimentara y los rescatara del frío invierno. Las casas solo las habían visto por fuera, no entendían ni sabían que hay dentro una. Solo sabían que debían estar atentos de no acercarse demasiado porque podían ser atrapados.

Un dia encontró el papá gato una casa en la cima de una montaña, la casa era rodeada de un gran patio, el cual no era custodiado por ninguno. El papá gato penso que podía ser el lugar ideal para pasar el próximo invierno. Se escondieron en una casita de madera donde era llena de herramientas estaba al fondo de patio a lado del bosque. Ahi se protegerían de la lluvia y del helado frío del invierno. El lugar tenia mucha vida, con pequeños ratones de campo,  era tranquilo e ideal para permanecer ahi.

El papá gato le dice a su hijo:
—cazaremos de noche, porque nuestro pelaje es oscuro, color negro y nos protegerá de que alguien nos encuentre, y nos quieran hacer daño. No acercarte mucho a la casa grande, vive alguien y podría ser peligroso. Pero el hijo gato solo hizo caso a las indicaciones de su padre por un par de días, su curiosidad era enorme, desea acercarse y ver mas aquella casa, lo prohibido lo llenaba de curiosidad, así que un dia cuando el papá gato fue a cazar, el hijo gato camino lentamente acercándose a la casa, se paro frente una gran puerta de vidrio donde observo dentro que había un gato gris. Se asusto el gatito y salió corriendo a decírselo a su padre:
—¡papá he visto que en la casa grande hay un gato atrapado!—su papá le respondió: —¡No me has hecho caso! Te dije que no te acercaras a la casa grande, puede ser peligroso—. Con tono fuerte y autoritario lo regaño.

El pequeño gatito entendía, pero seguía asustado y preocupado por aquella imagen.
Pasaron los días y regreso a observar la casa de nuevo sin permiso, la curiosidad era mas fuerte que él. Pero está vez aquél gato era afuera, y con cuidado se le acerco a preguntarle: —¿estás bien?, ¿ya te liberaron?—le respondió: sí, ¿porqué iba a estar mal? ¿Y liberada de quién?¿y tú quién eres? ¿ cómo llegaste aquí?— respondió con un tono snob e indiferente al gatito. 

Era una gata domestica, la mascota consentida de la señora Pao que habitaba la casa. 
—yo pensé que eras atrapada dentro, el otro dia te ví—. Respondió el pequeño gatito. 
En eso la gata le ha hecho un movimiento brusco y un gruñido de alerta que lo ha hecho correr asustado. Ella cuida su territorio, aunque era muy pequeño y no le haría ningún daño. La gata se quedó a vigilarlo en la distancia.

El gatito se retiro corriendo y aunque sabia que lo regañaría le contó todo a su papá:
— he hablado con la gata que era dentro la casa, pero dice que ella está bien y que no era atrapada, luego me ha gruñido así que sali corriendo.— el papá gato reprendió de nuevo al gatito que lo había desobedecido: —¡que has hecho, porque has vuelto allá, no me has hecho caso de nuevo! ¿ porqué te quieres meter en peligro?— las palabras del papá gato angustiado por el bienestar de su pequeño.
El hijo gato se disculpo: —lo siento papá, pero quería saber si estaba bien aquél gato. Yo solo buscaba la forma de ayudarlo.
Luego el papá gato le respondió con tono mas tranquilo y calmado: — está noche ire a ver, pero tú te debes quedar aquí no seguirme, no quiero ponerte en peligro.
El papá gato sobreprotegiendo a su hijo no permitía que su pequeño hijo gato conociera el mundo a su lado. No quería perderlo, era lo unico que le quedaba. El gatito asintió con la cabeza y se quedo escondido como se lo pidió su papá. Mientras tanto el papá gato se acerco a la gran puerta de vidrio y miró a la gata que lo observaba desde dentro con la mirada retante e indiferente. El papá gato la miró y pensó que era la creatura mas bella. Pero ella no tenia ningún interés por el. 

Ya que el papá gato regresó al escondite con el gato hijo y le contó lo que había visto a la gata dentro de casa, le dijo que volvería otra noche para ver si podía acercarse ya que parecía no correr ningún peligro. Además, que le sorprendió ver como la gata vivía en completa armonía con la señora de la casa. También el papá gato era lleno de curiosidad y al igual que su hijo había nacido y crecido en lo salvaje, en la vida libre, no conocía tener que convivir con las personas, no las conocía y lo poco que las había estudiado con la mirada, había solo encontrado gente peligrosa, que le lanzaban piedras para alejarlo de las casas o tenían perros que los corrían. Pero ahora se sorprendía ver una gata que era viviendo junto a ellos, el debía estudiarlos más, debía ver porque no le habían hecho daño y definitivamente tenia que hablarle a esa gata de nuevo.

Esta ocasión fueron juntos papá e hijo, se encontraron con la gata, le hicieron algunas preguntas:
—¿cómo es que vive dentro de la casa con las personas?— dijo el papá gato.
—yo llegue aquí cuando era aun muy pequeña no recuerdo bien, pero era muy enferma tenia muchos insectos en mi cuerpo, me encontraron en un establo, me bañaron y aunque fue muy molesto era mejor que los pequeños insectos, luego me colocaron una loción con la cual se murieron todos los piojos que me atacaban. Así ellos me tomaron en adopción que significa que me han hecho parte de su manada. O mas bien como dicen ellos de su familia. Por cierto me llaman Maia. Ellos me alimentan con una comida que sacan de una bolsa y por ello yo cazo pequeños ratones de campo para agradecerles, ademas, me dejan dormir junto a ellos, pero no hay espacio para otros dos gatos, ellos no los aceptaran aquí, vayanse—.Dijo la gata con tono descontenta y desanimándolos.
—¡ellos te dan de comer!— ha dicho el gatito con tono sorprendido. 
Ella solo hizo un movimiento de la cabeza para mostrar que si, y que le parecía un poco tonta su pregunta. Para Maia era normal que ellos la alimentaran, era mas extraño ver a unos gatos vagabundear, se sentía amenazada, sobre todo por como la miraba el papá gato. 
 Ella sabia que debía luchar sola ahora que no se encuentra con ellos su protector y amigo Ben. Era en sus manos que debería proteger el territorio de invasores.
El papá gato era muy listo pero también muy desconfiado no conocía una gata domesticada, y no sabia si era tan peligrosa como una persona. Aun así consideraba que verla lo hipnotiza su elegancia y belleza que hacia resplandecer su pelaje grisáceo y sus ojos verdes. 

Pasaron los días y con cada encuentro se tomaban mas confianza, tanto que un dia el gatito fue solo a la casa y la dueña lo miro, el no salió a esconderse esta vez quería ver que pasaba, la dueña de la casa era la señora Pao la cual al verlo no pudo evitar darle un plato de comida, le daba ternura y a la vez tristeza era muy pequeño y flaco. A los días se tomaron confianza y la señora lo alimentaba y el le daba caricias entre las piernas. Ella lo comenzó a nombrar Nero, dado que era todo de color negro su pelaje. El gatito ya tenia un nombre y un hogar, era aceptado aunque vivía fuera en el patio con su papá. El cual comenzó a tomar también confianza con la señora Pao. Que al verlo la señora Pao lo confundía con Nero ya que eran casi idénticos, solo que notaba que este era mas grande aunque también en estado muy flaco. También le comenzó a dejar comida aunque no se atrevía a comer al inicio en su presencia, así con el tiempo el papá gato le dieron un nombre Pepe. Eran ambos gatos ya aceptados padre e hijo. Pepe y Nero los nuevos gatos de casa. Ambos vivían fuera pero ya no se escondían ya no vivían al fondo del patio, sino ahi frente a la puerta de vidrio, porque Pao les arreglo una canasta con una cobija, grande lo suficiente para ambos. Pero Pepe siendo el mayor y el padre de Nero no le dejaba dormir en su nueva cama, Nero dormía a un lado en el piso frío, así que a Pao no le gusto eso, por ello preparo otro rincón con otra cobija vieja cercas de la cabaña de la leña, pero Pepe no dejaba su lugar de frente a la puerta de vidrio porque así vigilaba a Maia que el consideraba ya de su propiedad al igual que toda la casa. 

Como macho alfa debían obedecerlo y cada que Nero hacia algo que no le gustaba lo reprendía a golpes, y cuando Maia salía de noche a cazar la sometía a su poder, a ella no le parecía bien, este gato la quería como su pareja pero ella no. Discutían todo el tiempo, se pegaban con las garras abiertas a lastimar sin piedad. Hasta que un dia Pao se dio cuenta así que penso que era hora de ya llevarlos al veterinario, esto seria el momento decisivo como aceptación total. Una adopción ya registrada. Primero llevo a Nero porque siendo mas pequeño y cariñoso era mas fácil tomarlo en brazos y meterlo a la jaula para llevarlo al veterinario.  
Cuando regreso todo adolorido y asustado por lo que había pasado recordó todo lo que su papá le había dicho de las personas, que son peligrosas. Así que en cuanto tomo conciencia salió a esconderse en aquella casita de herramientas al final del gran patio. Pepe lo fue a encontrar y saber que le habían hecho.
—¿Cómo estas hijo?, ¿dónde te llevaron?
— me siento adolorido, me han portado en esa cosa rara grande que se mueve rapido ( el carro) , me llevaron a un lugar donde había un olor extraño con un señor que tenia un vestimenta toda de color claro y sus manos no tenían  la textura normal eran mas frías y lisas, luego saco algo que me ha hecho dormir, cuando me desperté ya era aquí, no se que ha pasado, no se que me han hecho. Tube mucho miedo, así que vine a decirte si ves la caja grande con rejillas aléjate rápido— le advirtió Nero.
Pepe se asusto pero no dejo de acercarse a la casa, quería hablar con Maia para investigar mas que le había sucedido a Nero.
Cuando la encontró, Maia lo trato con la tipica indiferencia.
—¿qué quieres ahora vagabundo invasor? 
—quiero saber que le han hecho a Nero, por que ahora tiene miedo de las personas. Cuando adoraba acercarse a la señora Pao—. Le dijo Pepe.
Maia contesto con una risa atorada en los labios: — lo llevaron al veterinario, ¿que no sabes que cuando un gato no esta bien lo llevan ahi?, probablemente Pao lo vio enfermo.
Pepe sabia que Nero no estaba enfermo, ahora menos se fiaba de la señora Pao, pero,se le hacia mas comodo seguir  comiendo ahi que estar cazando. Se estaba lentamente domesticando. Lo cual a Maia no le gustaba los quería ambos fuera, o cuando menos a Pepe, ya que su presencia le disgustaba.

Pasaron los días y cuando Pao, esta a punto de tomar a Pepe para llevarlo con el veterinario este salió corriendo a esconderse, Nero vio que Pepe dejo su canasta con la cobija cercas de la casa y decidió tomar ese lugar como suyo. 

La señora Pao llenaba de caricias a nero cada que lo miraba, este daba afecto de regreso, había entendido que hacer, y después de la visita del veterinario tenia un comportamiento mas dócil de antes, era pequeño y era aun mas fácil para él aprender nuevas costumbres y ha domesticarse a diferencia de Pepe. 
Un dia, Pepe se encontró con el gato del vecino era muy viejo de color gris apagado, estaba tranquilamente recostado en la orilla del muro, lamiéndose los bigotes después de haber comido su plato de croquetas felinas que su dueña le daba todos los días. Pepe lo miro de lejos y sorprendido que hubiera mas gatos domésticos se le acerco para interrogarlo.
—¿Porqué vives en la casa con los humanos?— ha dicho Pepe.
—porque me dan de comer sin nada a cambio. Es mas fácil que vivir fuera y tener que sobrevivir al frío y el hambre— respondió el gato gris.
Pepe se quedo pensando por unos instantes, no se imaginaba dejar su libertad de esta fuera donde el quisiera solo por no pasar frío o por no cazar su propia comida. Pensaba que era un gato perezoso ese gato gris y que el ya era viejo para aceptar a los humanos, pero pensaba que su pequeño nero podría ser mas fácil para el, su vida seria asegurada por un plato de comida cada dia y crecería mas fuerte. Debía tomar una decisión quedarse ahi por su pequeño o continuar su vida al abierto como un salvaje gato callejero que el era. Así pasaron los días, el gatito nero era feliz, no recordaba mas el trauma pasado con el veterinario, se dejaba tocar de la señora Pao y este lo agradecía en una caricia entre las piernas de ella en cada ocasión que podía, pero pepe no, se confiaba con ellos, se mantenía distante, tomaba la comida y luego se daba dos o tres pasos atrás y se recostaba a vigilar a su pequeño.

La gata Maia no era muy feliz no los quería en su entorno, no los quería en su casa, pero no podía hacer mucho con que todos los días y todo el dia eran ahi frente a la puerta en medio del jardín a esperar a la señora Pao que saliera a alimentarlos. Sabia que lo que quería el gato Pepe era dominar todo, apropiarse del lugar y convertirse en el Macho alfa de la manada, intento conquistar a Maia cuando tuvo una oportunidad pero ella no era interesada en seguirlo, en amarlo, ni respetarlo, ella lo quería fuera. Se peleaban en cada ocasión que se enfrentaban solos sin la mirada de la señora Pao. 
Los maullidos de estos discutiendo la alertaban a la señora Pao, así que salía a regañar a Pepe, tomar a Maia y alejarla del gato agresivo. —¡Esto es una señal o se castra al gato Pepe para que se quede o se va!— ha gritado la señora Pao. 
Pepe sabia que castrar no era nada bueno, así que se escondía entre las platas del jardín, los matorrales o los arboles. Nero lo miro y le pregunto: ¿qué sucede porque ya no sales a comer de lo que la señora nos da, estas bien?— Pepe le ha explicado lo que ya hace días estaba pensando. Debía dejar a su pequeño ahi que creciera a domesticado y el debía seguir su camino al bosque, alimentarse de lo que consiguiera en la caza. Que ese no era su lugar ahi, no era bienvenido por la señora ya que lo ha gritado y la  gata no lo quería. El se iría a buscar una compañera en otro lugar y comer como siempre ha hecho, con lo que el mismo se consigue. Se quedaron esa tarde juntos pero al dia siguiente Pepe saldría de ahi, este era el momento de dejar a su hijo en un buen hogar, probablemente no lo volvería a ver, pero no quiso decírselo a Nero, para que no se asustara.  Le dijo: hijo yo saldré a recorrer el mundo a buscar un hogar para mi, se ve que tu estas muy bien aquí y viendo el gato viejo de lado veo que puedes tener una larga vida con las personas, cuídate mucho hijo y no olvides todo lo que te enseñado, eres fuerte porque tienes mis sangre dentro de ti, y eres compasional como era tu madre sabrás como lidiar con las personas, te quiero mucho. Nero lo acaricia y le da las gracias, ahora sabe que tiene su aprobación para quedarse ahi, donde ha sentido una forma de vivir placentera y comoda. El no deseaba decirle a su padre que no le gustaba cazar siempre y sufrir hambre o frío. Ademas que no sabia otra forma de vida, pero ahora que la ha aprobado, no se siente bien teniendo que regresar a la vieja forma de vivir, vagabundeando por el bosque arriesgando a los depredadores que lo podrían comer en una tarde y terminar ahi su corta vida.  

La mañana siguiente Pepe se retiro en el silencio  entre los arboles. 
Nero se quedo al jardín de la señora Pao. Ya ella le tenia una canasta con una cobija calientita frente su puerta de casa. Se recosto ahi, comio las croquetas que ella le daba, el le agradecia dandole caticias entre las piernas y a respetar a su gata Maia.
Pasaron los días, las semanas y los años, Nero creció, engordo, se puso mas fuerte se llevo bien con todos a su entorno y asi vivio una buena vida nueva de gato adomesticado. Nunca volvió a ver a su padre pero como este le dijo, lo lleva dentro de si mismo, en su propia sangre, y le basta ver su reflejo en el vidrio de la puerta de la entrada de casa, para volver a ver a Pepe.

Fin.


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